jueves, 22 de septiembre de 2011

Sobrinos,mascotas y Ong's

Hay una extraña relación entre tres factores, hasta ahora no desentrañada del todo: sobrinos, mascotas y ONG's -Organizaciones No Gubernamentales-. Cada una de estas tres variables puede parecer irreductible y, del mismo modo, imposible de vincular entre sí, pero pasaré a dar mis razones sobre estas tres situaciones, no excluyentes pero sí vinculantes.
Ante todo, vale mencionar que soy una persona que tiende a sospechar de todo, sobre todo cuando ese "todo" viene ligado a buenas acciones; y cuando esas buenas acciones están dirigidas hacia lugares cuyas consecuencias no son del todo claras, mucho más. Sobre las malas acciones, como su maldad e intención pareciera estar a la vista, no me planteo análisis semejantes.
Vayamos de a una.
Quizás porque no tenga ni vaya a tener jamás sobrinos directos -soy hijo ùnico y, a lo sumo, podría tener alguno que otro político-, admito que no comprendo en lo más mínimo a la gente que manifiesta una devoción excesiva hacia éstos. Hay gente que francamente se desvive por los sobrinos, y es esa conducta la que, a mí, me hace ruido; y mucho. Dejo de lado alguna supuesta elucubración del lector que crea que los chicos me son indiferentes, porque verdaderamente no es así; con ellos me vinculo de maravillas y hasta llego a quererlos con parecido entusiasmo que a los padres. Me une, con los pequeños, una relación transitiva de cariño; si quiero a los padres, raramente no quiera a los chicos. Tengo ahijado, y trato de ser con él un padrino copado.
Pero todo tiene su límite y es en honor a esa frontera que me termina creciendo la duda sobre la gente que adora a sus sobrinos más allá de todo. Si sobre su lomo no pesa su crianza; si su bienestar o malestar no va a estar siempre ligado a ellos, ¿cuán sano es que no se pueda tener una visión objetiva acerca de sus bondades?
En ese sentido, cabe mencionar que suelen ser sentimientos más comunes en mujeres que en varones estos del amor filial por los sobrinos, pero no es algo excluyente de ellas. Ahora bien, cuando el amor filial e incondicional por los sobrinos viene de una mujer, raramente se trate de una mujer con hijos o, lo cual puede sonar polémico, con una vida afectiva estable y planes concretos de prosperidad familiar. No son, en definitiva, emocionalmente estables.
En segunda instancia, el tema de las mascotas es algo que siempre me ha llamado la atención. Nunca tuve una mascota, y como sucede con los sobrinos, esto seguramente ha alentado mi análisis posterior. Como decía Seinfled en uno de sus monólogos, "si un extraterrestre baja de su plato volador y ve a una señora con su perro, que lo saca a pasear, lo baña, lo lava, la da de comer y, cuando hace sus necesidades se las levanta con una palita, seguramente termine pensando que el mundo está dominado por los perros"; nada más cerca a la realidad.
Así como el amor por los sobrinos merece un límite, necesita un coto, también estimo que debe suceder lo mismo con las mascotas, sobre todo los perros, que en esto se llevan la mejor parte. Esto, a diferencia de lo anterior, es algo que le puede suceder tanto a mujeres como a hombres, pero en ellas es más evidente que en ellos, tal vez por su menor temor a la exposición de su sensibilidad.
Con la anuencia que me dan muchos ejemplos que he sabido cosechar a lo largo de mi vida, debo admitir que las personas que muestran una excesiva devoción por las mascotas no tienen igual sentimiento por las personas, salvo que éstas sean de su contexto más cercano. Esto es tan extraño como llamativo y repetido. Es como que su cuota de compromiso con el prójimo se agotase en los animales y, con los demás hombres, ese sentimiento no aparece; muy por el contrario, se desvanece ante cualquier diferencia no necesariamente esencial.
Tras analizar estas dos variables, es preciso decir que no existe entre ellas una relación unívoca, pero que, si estas dos se juntan -cosa muy frecuente-, genera determinado tipo de personalidades muy específicas e inclinadas hacia una determinada manera de mirar el mundo, algo alejada de la mía -por eso mi crítica, claro-.
Es en este punto donde entran en juego las ONG's. Si alguien cumple con las dos cualidades previamente mencionadas, es mucho más proclive a caer en tentaciones sociales como la de generar Organizaciones No Gubernamentales para dejar su conciencia tranquila ante la sociedad; eso, o, si no tiene el compromiso necesario para coformarlas o formar parte de ellas, verlas con buenos ojos; como algo casi necesario.
Sobre esto habla Marx en un pasaje del Manifiesto Comunista:"El socialismo burgués o conservador es una parte de la burguesía que desea mitigar las injusticias sociales, para de este modo garantizar la perduración de la sociedad burguesa. Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los predicadores y reformadores sociales de toda laya".
Sin querer parecer tan fundamentalista como el padre del meterialimo histórico, creo que estas tendencias pueden aparecer con frecuencia entre muchos de los actores sociales de nuestros días, y en sus múltiples combinaciones; léase amates de sobrinos y mascotas o de mascotas y ONG's o de sobrinos y ONG's o, lo maximo, de las tres.
Dejo al lector la posibilidad de desentrañar y categorizar a estas personas. Sencillamente pretendía dejar por sentado algo que, por presente, a veces no es criticado -positiva o negativamente-.
Finalmente, un mundo sin sobrinos no sería posible; uno sin mascotas, probablemente sería algo inacabado -dejando de lado, claro, la relación de la cadena alimenticia- y en uno sin ONG's, las culpas serían lavadas en otros lugares, y/o tal vez se le daría lugar a los cambios más profundos.