domingo, 27 de diciembre de 2009

Primeras palabras

Nunca fui muy adepto de este tipo de cuestiones. La masividad es algo que, prácticamente, atenta contra la mayoría de las cosas, aunque quizás no sea esa más que una de las miles de trabas que intento imponerme para, ni más ni menos, no querer reconocer lo que en definitiva soy: alguien que pretende trascender aún a pesar de sí mismo.
"Esto viene a ser como un diario íntimo, pero no tanto", me lo definieron en su momento, y en ese preciso instante, con el hecho de blog ya consumado, me repelió. De todos modos, trataré de no pensar demasiado en esa definición porque automáticamente atentaría contra la salud del blog y de quien esto escribe.
"Sos una persona con fuerte compromiso sobre causas absurdas", me dijo un día una prima. Y es así... el color de los taxis, los cortes de pelo, y otras cosas intrascendentes generan en mí posturas a favor o en contra irreversibles, aún a pesar de que la razón, el tiempo y cualquier otra cuestión luego me haga sentir en la obligación de cambiarlas; yo, muero con la mía.
Quizás la soledad, el ocio y la tendencia a pensar cosas absurdas jueguen a favor de ciertas teorías que he realizado a lo largo de mi infructuosa vida, y algunas de ellas seguramente ocupen parte de mis entradas futuras.
Nada más... espero que lo disfruten